Un estudio universitario comprobó las diferencias entre las personas que entrenan y las que no. Los detalles
Ya son cada vez más los estudios que demuestran que las personas que ejercitan tienen amplios beneficios en distintas funciones cerebrales, desde mejorar la capacidad intelectual hasta evitar enfermedades neurológicas.
En ese sentido, una nueva investigación hizo foco en cómo el ejercicio afecta a las capacidades cognitivas; es decir, la velocidad de reacción ante un estímulo.
El trabajo, realizado por la Universidad de Granada en España y publicado en Medicine & Science in Sports & Exercise, hizo hincapié en la capacidad de reacción que tenían las personas que realizaban actividad física de manera periódica, con respecto a aquellos no lo hacían.
Los científicos estudiaron el desempeño de 22 triatletas, que se entrenaron ocho o más horas a la semana, y el de 20 personas de baja condición aeróbica. Los 42 realizaron una tarea aburrida, pero demandante durante una hora: sentados frente a un monitor con una imagen en negro debían reaccionar lo más rápidamente posible cuando veían un círculo rojo completo, que aparecía de manera intermitente.
Durante la prueba, los investigadores midieron los tiempos de reacción de los sujetos y la actividad cerebral en segmentos de 12 minutos. Los resultados quedaron en evidencia durante los primeros 36, en los que los triatletas tenían tiempos de reacción más rápidos.
A lo largo de la prueba, los cerebros de los triatletas mostraron una mayor actividad cerebral asociada con la asignación de recursos mentales a una tarea, así como la actividad cerebral relacionada con una respuesta de preparación a una tarea.
“Los resultados demostraron una asociación positiva entre la capacidad aeróbica, la atención sostenida, y la preparación de la respuesta”, explicó Antonio Luque-Casado, líder de la investigación.
Además, el especialista explicó que la “atención sostenida es la capacidad de mantener el rendimiento durante un largo período de tiempo, que depende del mantenimiento de la vigilancia, la capacidad de detectar el estímulo, y la resistencia a la distracción”.
“LA ATENCIÓN SOSTENIDA ES UNA FUNCIÓN INHERENTE PARA LAS CAPACIDADES COGNITIVAS EN LOS SERES HUMANOS”,
Mantener la atención mental es importante tanto en las actividades cotidianas como en tareas profesionales complejas, desde manejar un auto hasta realizar una operación quirúrgica de alta complejidad.
Sin embargo, ésta “mejor capacidad para mantener la atención” no está relacionado con que las personas se concentren durante la realización de la actividad física, sino sino como un efecto secundario de realizar fitness.
“De nuestro estudio, no podemos conocer el punto exacto de la capacidad aeróbica de la que podemos observar los cambios a nivel cognitivo. Sin embargo, la mayor parte de la investigación hasta ahora apunta a la práctica regular de ejercicio aeróbico extenso, como correr, como el más adecuado para saber generar cambios beneficiosos a largo plazo en las estructuras del cerebro y, en consecuencia, en el rendimiento cognitivo”, finalizó.
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