Infobae fue testigo de un día en la campaña del intendente de Tigre. Su paso por San Nicolás y Pergamino. Su nuevo discurso y su sueño presidencial.
El voto de la esposa de un intendente K y el alejamiento del kirchnerismo
Sergio Massa lidera las encuestas de la madre de todas las batallas: la provincia de Buenos Aires, y pisó el acelerador por primera vez en la campaña electoral. Ahora cree que encontró el mensaje que quiere dar. “Hay que saber cuándo pegar, cuándo escuchar y cuándo recoger el guante”, le dice Massa a cada uno de los que le pregunta sobre su posición. Mostró sus diferencias con el gobierno nacional y apuntó en forma directa contra el corazón del mismo: “Yo no tengo nada que ver ni con Moreno, ni con D’Elía, ni con La Cámpora”. Fue aún más lejos. “Somos la única fuerza política que le puede ganar al Frente para la Victoria”. Atrás quedó la “avenida por el medio” que intentó pregonar desde un inicio. La estrategia entró en su segunda fase.
La logística de Massa es simple pero aceitada, cada uno sabe el lugar que ocupa y cuáles son sus funciones. Una Traffic configurada en su interior para que no falte nada en la campaña se transformó en su segunda casa. Ahí, el intendente de Tigre tiene una butaca especial para descansar, a la que le agregó un detalle: una estampita del papa Francisco. Otro que se encarga de protegerlo es David, un histórico custodio del ex presidente Néstor Kirchner, que cruzó la vereda y ahora lo acompaña en las recorridas solo por si ocurre algún imprevisto: Massa no tiene custodia personal. David fue uno de los laderos más fieles de la custodia presidencial y conoció a Massa en su paso por la Jefatura de Gabinete. La nueva estructura del cristinismo lo dejó de lado. Massa no dudó en llamarlo y él no tuvo dudas al aceptar.
En Pergamino, el líder del Frente Renovador recorrió el centro de la ciudad y se detuvo frente a la oficina de la Anses, donde un grupo de empleados lo esperaba. “No entro porque los van a echar a todos”, sentenció Massa, mientras desde la oficina recibía aplausos y palabras de aliento. Seis horas más tarde, de regreso a Tigre, le diría a este cronista que ese momento “lo impactó”.
En San Nicolás todo fue distinto. Paso obligado por el santuario de la Virgen de San Nicolás, visita a un centro de jubilados y otra caminata por el centro nicoleño. Casi como un rockstar, Massa atravesó caminando la ciudad y entró a cada uno de los locales desde donde la gente lo saludaba. Fotos, una tras otra. Pero la sorpresa se dio en la confitería más clásica de la ciudad. El jefe de Tigre entró a saludar y ahí se apareció la esposa del intendente kirchnerista de San Nicolás, Ismael Passaglia, que compite contras los candidatos massistas. “Yo te voto a vos, no me importa nada”. ¿Divorcio en puerta?
Medios de prensa locales y un móvil con la señal Todo Noticias para el programa “A Dos Voces”, le dieron final al día. No fue el mismo que en notas anteriores. Antes del reportaje, Massa consultó con cada uno de sus principales asesores el mensaje que iba a dar y en una de las habitaciones del Hotel “De los Arroyos” anotó en un papel lo que quería comunicar. Bajó al móvil solo con cinco minutos de anticipación. Concentrado, habló, habló y no dejó que le pregunten. “Voy a decir lo que yo tengo ganas de decir y no lo que quieren que diga”, confesaría más tarde entre risas. En el medio de la gira le comentaron las críticas del Secretario General de la Presidencia, Oscar Parrilli. “Todo vuelve”, respondió, haciendo el juego con la canción del cantante Axel que eligió como tema de campaña. “Cada agravio, cada insulto, cada mentira, cada abucheo les va a volver en contra”, aclara y explica que la letra de esa canción la eligió porque la siente personal.
A las 22, luego de 12 horas de campaña, todavía faltaba una cena con 1.500 militantes.Desde un escenario, volvió a repetir sus diferencias con el gobierno nacional y pidió que lo acompañen. No comió. Nada. Ocupó su tiempo en recorrer una por una las más de 400 mesas. Antes de subir a la Traffic, los candidatos del Frente Renovador de San Nicolás le regalaron una Virgen: “Para su despacho en la Casa Rosada”. Massa la besó, agradeció y encaró el regreso a Tigre. Pese a haber descansado solo cuatro horas en las últimas 24, no durmió en el viaje. Respondió mensajes de texto y pidió que le cuenten qué se decía de su reportaje en las redes sociales. No pregunta por los candidatos oficialistas, ni por los de la oposición. Miró a los que estaban con él y se sinceró: “Hoy siento que tengo una responsabilidad más grande con todos. No solo es 2013”. Su maquinaria ya está andando.
Fuente: Infobae.com
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