Regímenes desintoxicantes, las claves para adelgazar bien

Hay muchos mitos y verdades con respecto a los regímenes desintoxicantes. En esta época, en la que todos queremos tener la panza chata y bajar de peso de manera rápida, un especialista nos cuenta cómo lograrlo sin afectar nuestra salud.

Los regímenes depurativos ayudan al cuerpo a eliminar toxinas en muchos sentidos. Las dietas vegetarianas naturales incluyen la fibra necesaria para estimular el intestino y hacer que evacue bien. Por otro lado, contienen las cantidades apropiadas de vitaminas que necesitan el intestino y el hígado, así como otros órganos de eliminación. Incluyen, además, una fuente valiosa de enzimas, ya que la mayoría de estas se basan en la toma de alimentos crudos.

El alimento es muy importante durante la limpieza y, por lo general, constituye la base de cualquier programa de desintoxicación. Estas dietas eliminan la comida más procesada, aquella que puede causar muchos problemas con la digestión. Alimentos como el trigo (glútenes) y productos lácteos (leche, queso) son a menudo la causa de alergias. Las carnes pueden contener hormonas, antibióticos y son difíciles de digerir. Se debe evitar, además, la cafeína, ya que esta tiene muchos efectos negativos sobre el proceso digestivo. Los productos refinados y la “comida basura” deben ser también eliminados para que cualquier programa de detox resulte exitoso.

Un capítulo aparte merecen los jugos ya que son una fuente excelente de antioxidantes, vitaminas, minerales y enzimas. El ayuno controlado a base de jugos permite que el cuerpo disponga del tiempo apropiado para procesarlos y ayuda a conservar nuestras valiosas enzimas digestivas.

 

Los 4 detox infaltables

Antioxidantes. La función de los antioxidantes es tan importante que cualquier deficiencia de ellos puede considerarse catastrófica para la salud de una persona. Los antioxidantes (vitaminas A, E y, sobre todo, C) ayudan a las células a neutralizar los radicales libres que pueden dañarlas y originar mutaciones. Cuando nuestros antioxidantes son escasos, la energía es baja y la desintoxicación no puede efectuarse de una manera natural. Por lo tanto, las toxinas se acumulan o son almacenadas hasta que puedan ser procesadas. El correcto funcionamiento del hígado -y muchos otros órganos- se ve afectado cuando éstos son bajos.

Enzimas. El cuerpo necesita un suministro adecuado de enzimas, no sólo para la digestión sino también para la acción depurativa. El hígado es fuente de la mayor parte de ellas. Para ayudar al cuerpo a remover y eliminar desechos y toxinas, pueden tomarse diariamente suplementos alimenticios que las tengan como base (preferentemente entre comidas, para no implicarse en la digestión). Se encuentran, principalmente, en frutas y verduras frescas y crudas, pero muchos de los alimentos que consumimos son procesados, refinados, cocinados, expuestos a radiaciones y almacenados, lo cual las destruye hasta desnaturalizarlos. Las enzimas también ayudan a los intestinos a evacuar, porque licuan el contenido intestinal y hacen el tránsito mucho más fácil. Su papel es descomponer los alimentos para su digestión y absorción. Al hacerlo, éstos se hacen más líquidos y los intestinos eliminan mucho más fácil y rápidamente. El tiempo de tránsito se acorta y nuestra salud aumenta cuando las toxinas son removidas y eliminadas. Preservar las enzimas es la clave para erradicar enfermedades y tener una vida larga y saludable.

Algas. Las verduras de mar son grandes algas marinas que crecen en las aguas costeras de muchos países. Tienen alto contenido de vitaminas y yodo. Uno de sus más importantes beneficios para la salud es su capacidad para eliminar de nuestro cuerpo el estroncio radiactivo y otros metales pesados. Las algas marrones enteras (como la kelp) contienen un ácido que envuelve las toxinas en los intestinos haciéndolas indigeribles y llevándolas fuera del sistema. Las verduras de mar son de un gran aporte calórico, muy bajo en grasas, y una de las más ricas fuentes de minerales en el reino vegetal dado que tienen pleno acceso a la gran abundancia de minerales que se encuentran en el océano. Los nutrientes son adquiridos a través de toda la superficie del vegetal de mar por la suave acción de las corrientes submarinas. Muchos de estos minerales  son idénticos a los de la sangre humana, y se encuentran en concentraciones muy similares. Las algas contienen cantidades altas de calcio y fósforo y son muy ricas en magnesio, hierro, yodo y sodio. También contienen vitaminas A, B1, C y E, así como proteínas e hidratos de carbono. No se deben consumir si se padece hipertensión.

Microalgas. Espirulina y Chlorella son algas de agua dulce que contienen más clorofila que cualquier otro vegetal. Estas microalgas secas son una fuente riquísima de proteínas, betacaroteno y ácidos nucleicos. Las microalgas han sido usadas con éxito para mejorar la inmunidad frente a ciertas enfermedades. Sin embargo, aproximadamente el 30 % de la gente no tolera bien la Chlorella. La Espirulina tiene cualidades muy similares y es un buen sustitutivo.

Y como siempre, el mejor consejo: consultá con un profesional antes de decidir cualquier cambio drástico en tu dieta.

 

El doctor Adrian Jaime es director de Medical Center Dermoestética & Antiaging.

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