Mientras los gremios buscan cerrar las mejoras salariales, los intendentes esperan medidas del gobierno provincial para establecer un tope en las negociaciones que les sirva como parámetro. Mientras las comunas argumentan un déficit financiero y la imposibilidad de hacerse cargo de grandes aumentos, los empleados buscan un porcentaje acorde.
Aprobados los presupuestos de las mayorías de los distritos bonaerenses, los municipales vuelven a exigir -como cada año- el aumento de sus salarios y el establecimiento de pisos firmes para buscar posibles aumentos. Por eso, demandan desde hace tiempo la presencia, en el ámbito provincial, de paritarias locales y la derogación de la ley 11.757, que dicta el estatuto laboral para el personal de las municipalidades.
Sin embargo, los gremios municipales encuentran una serie de problemas que imposibilitan esto: el primero, la falta de tratamiento del proyecto de ley de Paritaria trabajadores municipales, elaborado por Jorge Mancini, que tomó estado parlamentario en agosto de 2010. Y el segundo refiere a la oposición planteada desde las distintas intendencias que se oponen a la modificación del salario de los empleados municipales mediante una paritaria. ¿Por qué? Los jefes comunales argumentan problemas financieros para cargar con una suba en sus sueldos.
Por este motivo, tomó fuerza la idea de que el gobernador de la Provincia, Daniel Scioli, proponga una aumento moderado a los empleados estatales y docentes para este año, con el objetivo de que dicha suba sea un tope y una pauta para las negociaciones de los intendentes con los gremios municipales.
Una de las principales causantes de este pedido estaría vinculada con el ajustado presupuesto con el que contarán los distritos para hacer frente a 2014, ya que más del 60% se va en sueldos de personal y existen contratos que demandan mucho dinero, como es el caso de la recolección de residuos. Un aumento mayor al 25% en los salarios de los municipales sería casi imposible de abonar por parte de las intendencias.
Por este motivo, a los intendentes les inquieta el número final que el gobierno provincial destinará a los estatales y ante la ausencia de paritarias y los desfases económicos que existen entre los municipios bonaerenses, estiman que un aumento mayor al 25%, sería imposible de efectuar y estancaría las negociaciones. Además, esto posibilitaría que se tome como modelo lo planteado desde Provincia y no que se refleje en los aumentos que brindan otros municipios.
Sin embargo, desde la Federación de Sindicados Municipales Bonaerenses (Fe.Si.Mu.Bo), sostienen que el aumento se puede dar -no en todos los casos en un monto similar- “sin complicaciones”. En diálogo con este medio, el secretario general, Rubén García, dijo que las comunas están en condiciones de hacer frente a los aumentos porque “los envíos desde Provincia y Nación han crecido mucho en los últimos años”.
A pesar de esto, los ejecutivos no son ajenos a esta situación. La planta de los trabajadores municipales durante estos últimos años se fue incrementando de manera desproporcionada y se fueron modificando dependiendo de la gestión de turno. En 2013, los 135 municipios en conjunto hacían un total de 198.625 empleados comunales. Obviamente, hay distritos que superan los 6 mil y otros que no llegan a 500. Tal es así que mientras Lomas de Zamora y General Pueyrredón cuentan con más de 8 mil municipales, San Pedro, General Rodríguez y Cañuelas no llegan a los 1.000.
“Yo me hago una serie de preguntas: por qué si al Gobernador le quieren poner un piso del 25%, eso no se puede trasladar nunca a un municipio ya que hay diferentes salarios y diferentes básicos. Si nosotros tenemos en cuenta que hay salarios en un municipio de $ 1.100 y a 30 kilómetros hay una salario básico de 3.700, cómo le aplicamos el 25% al de 1.100 pesos”. No lo veo viable, que un 25% sirva para un gremio y un 25% ni siquiera alcance para salir de la indigencia a otros gremios, dijo García a Desafío.
Un pedido con historia
La pelea de los gremios municipales frente a la discusión salarial tiene un largo trayecto que data desde el gobierno de Eduardo Duhalde, cuando se aprobó la ley 11.757, con el aval de los intendentes del Conurbano y que les dio un marco legal para contener la relación con los trabajadores. Esta norma redujo de 3 al 1% el pago de la antigüedad y se incorporaron medidas que dieron vía libre a la remoción de trabajadores sin necesidad de justificativos ni indemnizaciones.
Hace poco menos de dos años, el gremio que encabeza García impulsó la sanción de dos anteproyectos de ley para derogar la norma y buscar la aprobación de una ley que otorgue el derecho a paritarias provinciales al igual que el resto de los gremios bonaerenses. Sin suerte, ambas iniciativas duermen en la Cámara de Diputados sin tratamiento alguno.
“Cuando uno le muestra -a los intendentes- la esencia del proyecto, están de acuerdo. Pero hay una realidad, los intendentes dicen: ¿cómo haría para cubrir ese piso? Ahí tendría que asistir la provincia de Buenos Aires, y por los estudios que yo tengo realizados, en los municipios de los 135 distritos, son muy pocos los casos a los que tendría que asistir la Provincia”, afirmó el dirigente sindical.
El proyecto de ley presentado por Jorge Mancini indicaba que las negociaciones colectivas que se celebren entre las Municipalidades y las organizaciones sindicales representativas de sus empleados se regirán por dicha ley y que su aplicación será en las empresas, organismos descentralizados o cualquier otro ente en el que la Municipalidad tenga participación mayoritaria. Sin embargo, la norma no encontró quorum para su tratamiento pero desde el sector de Mancini seguirán pidiendo por la ley de Paritarias para fortalecer el salario municipal.
Más allá de la existencia de la ley, lo que desvela a los jefes comunales es la imposibilidad de hacer frente a un aumento que sea muy superior de lo que tienen en mente. Y en muchas ocasiones en las cuales las negociaciones se tensan en gran medida, las subas salariales se dan por decreto, obviamente, un porcentaje mucho menor que el pretendido por el gremio.
Si bien los sindicatos esperan por la ley de Paritarias, también aguardan una respuesta por parte de las intendencias y éstas sueñan con que el Gobernador ponga un tope al aumento de estatales para poder hacer frente a los reclamos de los municipales. Con presupuestos cortos, muchos jefes comunales ven complicadas las negociaciones con sus empleados.
Rubén “Cholo” García – Fe.si.Mu.Bo: “Queremos un sinceramiento salarial”
“Necesitamos una paritaria provincial para poner un piso a los trabajadores municipales. Ordenar la realidad de los trabajadores en la provincia de Buenos Aires. Y a partir de ahí, discutir porcentajes en una mesa de discusión con los intendentes o con la Provincia. Ese es el objetivo de la paritaria provincial, ahí apuntamos”.
-¿Por qué no prosperó?
-Una de las cosas es por que algunos intendentes duros, ortodoxos, no quieren que el statu quo cambie en algunos municipios, quieren tener salarios bajos, contratos basura, precarización, todavía siguen con el modelo neoliberal porque convierte ese municipio en una caja de resonancia política, donde la plata se deriva para otras cosas y no para los trabajadores municipales.
-¿Cómo ve el reparto a los municipios?
-La realidad, jamás se ha recibido tanto dinero de coparticipación nacional y provincial a los municipios, como de 2003 a esta parte.
-Entonces, ¿serían pocos los intendentes que necesitarían ayuda?
-Sí, muy pocos y casos especiales. Por ejemplo, hay ciudades donde no tienen fábricas u otra situación para que el habitante trabaje, son casos muy puntuales que el municipio se convierte en una especie de bolsa de trabajo, entonces el salario se divide por tres o por cuatro.
-¿Cómo ve la negociación?
-La vemos muy conflictiva, porque con estas disparidad que existe y este defase en el costo de vida, vamos a estar reclamando sinceramiento salarial. No podemos poner una suma fija, un porcentaje fijo, porque las diferencias son abismales, vamos a pedir que los trabajadores municipales puedan ingresar al modelo. Y esperemos que la Provincia, el gobernador Scioli, su ministro de Trabajo, entiendan cuál es el reclamo de los trabajadores municipales, si no lo veo como un año muy conflictivo.
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