La autopartista Paraná Metal, empresa que controla el empresario Cristobal López, podría cerrar su planta a fines de octubre si no mejora sus niveles de producción. El anuncio fue realizado por dirigentes de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) de Villa Constitución, donde funciona la fábrica, y aceptado por la firma a través de un comunicado.
Desde la empresa confirmaron al gremio que de no alcanzar una producción mínima de mil toneladas mensuales detendrán la actividad definitivamente. Incluso comenzaron a enviar telegramas de preaviso a sus 156 empleados alertando que el 31 de octubre podría cesar la relación laboral.
A través de un comunicado precisó que se tomará 60 días para “redefinir su plan estratégico” ante la caída en el mercado automotriz. Y ante la posibilidad de cierre asegura que asumirá todas las obligaciones que se deriven de esa situación.
El Grupo Indalo planteó a la UOM que trabaja con un déficit mensual de 4 millones de pesos. Desde el gremio cuestionaron a los empresarios porque desde hace tiempo evitan cerrar convenios con nuevos clientes.
Ante la posibilidad de cierre representantes de la UOM villense viajaron ayer a Buenos Aires para plantear el tema ante las máximas autoridades del ministerio de Trabajo.
Paraná Metal produce autopartes y piezas para la industria agrícola y ferroviaria. Tiene una capacidad máxima de producción de cuatro toneladas mensuales.
Sumergida en una crisis, la planta fue adquirida por el Grupo Indalo en 2008 por expreso pedido del Gobierno nacional. En 2010 atravesó un prolongado conflicto tras la decisión de sus titulares de reducir drásticamente el número de empleados. Como forma de protesta los operarios mantuvieron cortada durante 33 días la autopista que une Rosario con Capital Federal.
Paraná Metal pasó de tener 900 empleados a los 156 actuales. Desde aquel momento la planta no logró modernizarse, por lo que perdió competitividad en el mercado.
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