La apuesta por mejorar las políticas de salud en suelo bonaerense y transformar la situación edilicia de los 77 hospitales públicos de la provincia, que lanzó la gobernadora María Eugenia Vidal en la apertura de sesiones estaría acompañada del primer cambio en el gabinete de ministros.
Las versiones confirmarían además lo que ya es un secreto a voces, el cambio de espacio político del todavía intendente de San Nicolás, Ismael Passaglia, que sería el reemplazante de la actual titular de la cartera sanitaria.
Reservado en principio para el radicalismo, que no logró ubicar a un nombre propio por falta de acuerdos internos, el ministerio de Salud fue uno de los últimos en ser cubierto por la gobernadora y quedó en manos de Zulma Ortíz, una epidemióloga de Unicef, con un perfil mucho más técnico que político.
Este último punto parece ser “fatal” para quienes ocupan ese lugar en el gobierno bonaerense, porque así como le pasó al Dr. Claudio Zin en el comienzo de la gestión de Daniel Scioli, Ortiz viene sufriendo los embates de una gestión que requiere justamente de mejor cintura política que técnica y luego de varios papelones que tuvieron que ver con despidos y designaciones en hospitales que luego quedaron sin efecto, por lo bajo algunos empezaron a tildar a la funcionaria de “inoperante”.
La decisión estaría tomada, Passaglia fue ministro de Salud de Felipe Soláentre los años 2002 y 2005 y anteriormente había sido subsecretario de esa cartera durante la gestión de Gines Gonzales García a comienzos de los 90. El pedido de Vidal es que aplique toda esa experiencia para, en principio, aplacar el estado de ebullición en el que se encuentra el sector sanitario por la nula capacidad de negociación de Ortiz.
Por el momento el principal problema para el intendente de San Nicolás, que por supuesto aceptaría el convite, es que para no descuidar su pago chico tendrá que echar mano de una ingeniería política compleja porque quien ocupó el primer lugar en la lista de concejales en la última elección, y por lo tanto sería su reemplazante, es ni más ni menos que su hijo, Manuel Passaglia, salpicado por varias denuncias de desvío de fondos, corrupción y maltrato a la autoridad, muchas de las cuales están centradas en el propio intendente.
Sin los acuerdos políticos necesarios, quien sería el nuevo ministro de salud bonaerense teme que su hijo no logre timonear el distrito y termine derrumbando todo el poder acumulado a lo largo de estos años. En este sentido hay que entender que el pase al espacio del oficialismo se inscribe en esta lógica de búsqueda de impunidad de un jefe comunal duramente cuestionado a pesar del contundente resultado de la elección anterior.
Por eso la información todavía no se ha confirmado oficialmente, en gobernación esperan que Passaglia resuelva la situación en su distrito, para lo cual traería a su hijo al ministerio bajo su protección. La gran incógnita, quien quedaría a cargo del municipio de San Nicolás, debería develarse en las próximas horas porque Vidal necesita con celeridad dar un giro de timón en materia sanitaria y no puede dilatar más la salida de Ortiz.
Fuente: Agencia Nova
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