Ante la inusual ola de calor que soporta la provincia de Buenos Aires para esta época del año, el Ministerio de Salud bonaerense recomendó a la población extremar las medidas de prevención y anunció que tanto las guardias hospitalarias como el sistema de emergencias están en estado de alerta para asistir eventuales casos de pacientes afectados por el calor.
“La ausencia del clima primaveral genera que todavía no nos acostumbremos a este clima de verano y, entonces, es cuando más puede afectarnos el calor”, advirtió el ministro de Salud provincial, Alejandro Collia.
Según el funcionario hay tres cuestiones fundamentales a tener en cuenta para enfrentar la ola de calor: “Todas las personas deben prestar atención a estar hidratadas durante todo el día, consumir comidas livianas y frescas y no exponerse directamente al sol en los horarios críticos ni realizar esfuerzos físicos al aire libre durante esas horas, que van de las 10 a las 16”.
El ministro advirtió que “en especial hay que cuidar a los niños, que sufren el calor y lo estamos viendo con el incremento de algunos casos relacionados en nuestros hospitales”.
En la provincia de Buenos Aires rige en este momento el alerta amarilla por la ola de calor, establecida hoy por el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) y que consiste en el segundo grado de advertencia en una escala de cuatro categorías. El pico máximo de temperatura se producirá en estos días, con máximas de 35 grados.
Otro dato importante para tener en cuenta, es que las excesivas temperaturas están acompañadas de un fuerte aumento en la intensidad de la radiación solar ultravioleta.
Según se informó oficialmente, en los hospitales de la Provincia ya se registra un incremento en el aumento de consultas en guardias y consultorios por consecuencias del excesivo calor. Y también están viéndose casos de niños con enfermedades respiratorias, comunes en esta época del año, que sumadas al excesivo calor se complican con síndromes febriles.
En estos días las consultas en guardias y consultorios externos de los hospitales provinciales se incrementaron en aproximadamente un 20 por ciento, como consecuencia directa de los casos de deshidratación, síndrome febril y golpes de calor, que afectan sobre todo a las personas en las etapas extremas de la vida: la infancia y la ancianidad.
En el hospital provincial de Niños de La Plata las consultas se incrementaron en más de un 20 por ciento y hay dos bebés internados con cuadros de deshidratación aguda. También se presentan casos con síndromes febriles que complican cuadros respiratorios de base. Es decir: un niño con un típico cuadro de congestión (resfrío, moco y garganta irritada) puede levantar fiebre o deshidratarse fácilmente debido a las altas temperaturas. También pueden sufrir diarreas y hay que tener en cuenta que un golpe de calor puede generar una falla renal.
“Los bebés manifiestan las consecuencias del golpe de calor con tendencia al sueño, apatía, pocas ganas de comer, ausencia de sed y cuadro febril. Ante cualquiera de estos síntomas debe realizarse una consulta médica”, afirmó la doctora Elisa Chiapa, del hospital provincial San Roque de Gonnet. Y en el caso de los ancianos es habitual que se manifiesten dolores de cabeza, decaimiento general e hipotensión, como principales síntomas.
En tanto, en el hospital provincial Petrona V. de Cordero de San Fernando el 25 por ciento de las consultas pediátricas atendidas en estos días están relacionadas a cuadros que pueden ser agravados por la ola de calor: niños menores de cinco años con enfermedades respiratorias como faringitis y laringitis, síndromes gripales y diarreas.
Los niños suelen llegar a las guardias con grastroenteritis, fiebre, vómitos y signos de deshidratación. La mejor prevención para evitar estos cuadros es ofrecerles líquidos en forma frecuente, aún cuando no manifiesten sentir sed. “Los chicos suelen moverse mucho y si los mayores no les ofrecen líquidos pueden pasar muchas horas sin tomar nada, hecho que los expone a la deshidratación”, destacó que Reinaldo Reimondi, director del hospital de Niños de La Plata.
Los niños deben tomar pecho (si son lactantes) o líquido con más frecuencia, mojarlos, evitar que se expongan al sol en horas pico, vestirlos con prendas livianas, preferentemente de algodón o lino, no darles bebidas calientes ni alimentos pesados y proponerles juegos tranquilos.
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