El Gobierno acaba de darle el visto bueno final a la fusión entre la operadora de cable Cablevisión, cuyos principales accionistas son los mismos que el Grupo Clarín, y Telecom . De esa manera, acaba de nacer un nuevo gigante dentro del universo empresarial argentino, con negocios desde la transmisión de contenidos audiovisuales y los datos hasta la telefonía móvil y fija, con una valuación de mercado estimada por fuentes privadas en torno a los US$ 11.000 millones.
La decisión corrió por cuenta de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia, a cargo de Esteban Greco, quien concluyó con un camino que ambas compañías habían iniciado en junio del año pasado. Según fuentes privadas, la operación le dio origen a la mayor compañía de telecomunicaciones de la región.
La aprobación llegó con la obligación de desinversiones. Por un lado, Telecom deberá devolver 80 Mhz de espectro, clave para favorecer la competencia en el negocio de la telefonía móvil. Y deberá desprenderse de clientes de banda ancha en 28 localidades, según resolución de la Secretaría de Comercio.
“La fusión habría generado problemas de competencia en localidades donde Cablevisión y Telecom eran las únicas empresas con despliegue de red fija. Por esa razón, la empresa fusionada se debe desprender de 143.464 clientes de ese servicio en 28 localidades de cinco provincias: Córdoba (incluyendo la capital), Buenos Aires, Entre Ríos, Misiones (incluyendo Posadas) y Santa Fe. Esta cifra representa el 9% del total de clientes residenciales de Arnet y una facturación anual de aproximadamente 500 millones de pesos”, reconoció la CNDC.
El dictamen de la CNDC, de cerca de 200 páginas, analiza los mercados y establece limitaciones a la operación de fusión que “garanticen el cuidado de los derechos del consumidor y que, en línea con las tendencias internacionales, promuevan las inversiones y el desarrollo tecnológico del sector. En definitiva, impone obligaciones y realiza recomendaciones en cuatro planos: desinversión, ofertas comerciales, disponibilidad de la red y espectro”, según un comunicado difundido por el Ministerio de Producción, a cargo de Dante Sica.
Además, para “evitar las ventajas” de ser el primer operador en ofrecer el servicio de cuádruple play, la CNDC obligó a la empresa fusionada a evitar empaquetar sus servicios por un plazo que puede ser de seis o doce meses, según la región.
La fusión entre ambas compañías es al mismo tiempo defensiva y ofensiva. Si bien la nueva firma creará a unos de los grandes actores privados de la Argentina, también es cierto, según los especialistas, que el desarrollo de la tecnología y el apetito de los consumidores las obligaba a ampliar su plataforma en un mercado donde también compiten la española Telefónica y la mexicana Claro, cuyos ingresos globales son mayores a los de la empresa local.
Ahora, la nueva empresa está mejor posicionada para competir en el negocio del cuádruple play, que consiste en llevar a los consumidores telefonía fija, móvil, Internet y televisión a través de un mismo prestador.
Cablevisión Holding pertenece a los hijos de Ernestina Herrera de Noble, Héctor Magnetto, José Aranda y Lucio Rafael Pagliaro (son los mismos accionistas mayoritarios de Clarín, pero la compañía se escindió del Grupo). Esa empresa tiene el 60% de Cablevisión. El restante 40% de la prestadora de cable está en manos de Fintecht, el fondo que conduce David Martínez, que a su vez tiene más del 40% de Telecom.
Los especialistas temen que la fusión entre ambas compañías disminuya la competencia en el sector, porque habrá menos competidores en el mercado, algo que desde las empresas fusionadas negaron.
En paralelo, el Gobierno intenta abrirles a las telefónicas parcialmente la puerta para que puedan brindar servicios de televisión satelital, una herramienta que podría favorecer la competencia con el gigante recientemente creado. A mediados de esta semana, tuvo dictamen en el Senado el proyecto de ley del Ejecutivo para habilitar esa alternativa. En la Casa Rosada estiman que el miércoles próximo tendría media sanción.
El Ministerio de Modernización, que maneja Andrés Ibarra, cree que la norma “fomenta que los prestadores de estos servicios realicen acuerdos voluntarios para el uso compartido de infraestructura, es decir cualquier recurso que utilicen para el despliegue de sus servicios, para estimular tanto la competencia como la inversión”.
En diciembre del año pasado el Enacom, el ente de control del negocio de telecomunicaciones, aprobó la fusión, que terminó de concretarse hace minutos.