Mauricio Macri logró en su paso por la última cumbre de los BRICS de Johannesburgo avances importantes para el avance del puerto de Ramallo, una obra de Gazprombank paralizada por la burocracia de la provincia de Buenos Aires.
En un mano a mano con Vladimir Putin y autoridades de Gazprombank, el mandatario acordó correr a la empresa Ponal Terminales Portuarias (PTP), propietaria de los terrenos donde los rusos querían levantar el puerto, y buscar otro socio local.
Según pudo saber LPO, ahora la mira está puesta en terrenos que pertenecían a Amaggi, una de las principales empresas de agronegocios de Brasil.
Gazprombank comenzó a hacer gestiones por un lote que supo pertenecer a Blairo Maggi, considerado el rey de la soja de Brasil y ahora ministro de Agricultura del gobierno de Michel Temer. Ahora, esos lotes pertenecen a un grupo inmobiliario privado con base en Argentina.
Desde la banca rusa tienen avanzadas las negociaciones para la compra del lote que aseguran tienen mejores aptitudes que el que proponía PTP. La superficie de costa es del doble (unos 650 metros) lo que permite la construcción de dos muelles en lugar de uno. Además el lote inicial estaba ubicado sobre el recodo del río lo que significaba un problema con el sedimento que había que dragar en forma permanente. Este, explican fuentes que siguen a diario las negociaciones, se ubica en una zona del río donde el agua corre con fuerza por lo que la acumulación de sedimentos será menor.
Gazprombank espera desde diciembre de 2017 que el gobierno de la provincia y el intendente de Ramallo se pongan de acuerdo en una ordenanza que ratifique la rezonificación para que bajen las inversiones. El banco ruso proyecta desembolsar US$ 180 millones para la construcción del puerto, que significará la creación de 150 empleos directos y un movimiento económico anual de hasta US$ 40 millones en la zona.
Macri se enteró del problema en Rusia. LPO contó que el presidente argentino quedó descolocado cuando el vicepresidente del poderoso Gazprombank le dijo que hace años que querían invertir en Argentina varios cientos de millones de dólares y no había manera de perforar la burocracia.
Desde Moscú, Macri envió a la administración bonaerense en un chat categórico con los que buscó acelerar los trámites, pero no bastó para que Vidal firmara el decreto de zonificación indispensable para detonar las inversiones portuarias.
Hay dos motivos por los cuales Vidal frena la millonaria inversión. Por un lado, en su equipo tienen miedo que la firma de una rezonificación, que necesariamente implica habilitar nuevos negocios, les implique un procesamiento judicial, como sucedió en casos recientes vinculados a inversiones en energía. Por otro lado aparece Lilita Carrió quien asegura que el grupo PTP y en particular su presidente, Guillermo Misiano, están vinculados a Aníbal Fernández.
En las últimas horas, y quizás jugándose sus últimas cartas, Misiano envió una nota de diez páginas al Concejo Deliberante de Ramallo en donde amenaza a los concejales como “responsables de los daños”. Es que el intendente Mauro Poletti suspendió el cobro del canon a PTP debido a observaciones del ministerio de Infraestructura bonaerense. En su texto, Misiano asegura que “la zonificación y administración de uso del suelo resulta ser una facultad propia de la municipalidad”.
Más adelante, considera que “el avasallamiento de facultades y detrimento del patrimonio que pudiera ejercer la Provincia, en ningún modo puede ser aceptado o permitido por ambos poderes municipales (Ejecutivo y Concejo)” y agrega que se ve obligado a accionar contra cada uno de los concejales.
Con el nuevo lote en la mira (incluido un pre acuerdo con los propietarios) Gazprombank dejó a un lado la sociedad informal con el grupo PTP de Misiano. Fuentes vinculadas a las negociaciones aseguran que la banca rusa nunca había definido una sociedad formal y que ni siquiera llegaron a formar una alianza societaria. La cuestión es que los requisitos de la banca rusa son tantos que sin el paquete de documentación definitivo no hay chances de avanzar en alianzas concretas.
En diálogo con LPO, el presidente del grupo PTP aseguró que existen contratos vigentes entre la empresa y Gazprombank que, si bien tienen los plazos vencidos por las demoras del proyecto, siguen vigentes. Además destacó que la banca rusa no tiene representantes en el país.
Por estas horas en la banca rusa hay optimismo. No quieren estimar fechas pero entienden que no debería haber inconveniente para que el expediente avance y que provincia y municipio se pongan de acuerdo.
Mientras tanto, los encargados del proyecto buscan sumar a empresas agrícolas argentinas en calidad de socios plenos. Si bien no hay nombres propios, aseguran que que se trata de empresas que por su volumen, no tienen espalda para tener un puerto propio, pero que están interesadas en sumarse a una iniciativa que los incluya.
fuente y foto: La Política Online.