Cristina llegó ayer a la provincia con cuatro inauguraciones industriales de gran importancia, tres de ellas en el rubro metalmecánico, y dos específicamente en Villa Constitución. La envergadura de la movida le permitió a la presidenta enfrentar con hechos concretos las críticas que aún resuenan de los caceroleros del 8N. “Algunos quieren retornar al régimen ultraconservador que arruinó a la Argentina”, contrapuso ayer la mandataria.
La presidenta de la Nación encabezó la inauguración de la planta de Laminados Industriales, en Villa Constitución, una de las ciudades más emblemáticas para trazar la historia de la producción nacional: desde el proceso de sustitución de importaciones a mediados del siglo XX hasta su destrucción por parte de las políticas neoliberales a partir de la última dictadura, acompañadas de la feroz represión a sus trabajadores.
La jefa del Estado nacional insistió ayer en que el proceso político iniciado en 2003 por Néstor Kirchner, y que ella continúa, es lo que revirtió ese ciclo nefasto, regenerando la industria nacional, de lo cual los actos de ayer son una clara demostración.
La habitual defensa del modelo que la mandataria suele hacer en sus discursos ayer tuvo un matiz especial, a escasos cuatro días de la manifestación opositora del 8N, a la cual, no obstante, en ningún momento nombró.
“Tenemos que ser muy inteligentes, muy sensatos y muy tranquilos frente a las provocaciones que algunos quieren hacer para volver a retornar al régimen ultraconservador que arruinó a la Argentina. No les vamos a hacer el juego. No nos vamos a dejar provocar”, dijo.
Proyecto policlasista. A la presencia mayoritaria de la clase media y media-alta en la protesta del jueves pasado, la presidenta contrapuso ayer que encabeza “el proyecto de un país policlasista”. Explicó que “cuida a sus científicos, recupera a sus jubilados y brinda la asignación universal por hijo, que significa reivindicar los programas sociales”.
También pidió “a todos los argentinos a que tengamos memoria, porque tuvimos la mayor industrialización de América latina, con industria aeronáutica y automotriz, que permitió el surgimiento de una poderosa clase media, que pudo mandar a sus hijos a las universidades”, en alusión a la época del primer peronismo.
Trascartón, Cristina recordó que ese proceso fue aniquilado por las sucesivas dictaduras que “no sólo ocasionaron la pérdida de vidas sino también de capacidades y saberes, y exilios”, y puso como arquetipo la Noche de los Bastones Largos durante la dictadura de Onganía cuando el Ejército intervino las universidades nacionales. “Para los trogloditas, aquellos que piensan son enemigos que hay que destruir”, advirtió.
Pasado y presente van y vienen en el discurso de Cristina, que hiló las críticas actuales con el golpe del 55 a Perón. Recordó que la presidenta de Abuelas, Estela de Carlotto, “me contó que 1955 fue a festejar el derrocamiento de Perón y se tuvo que arrepentir porque después se llevaron a su hija, lo mismo que me dijo Taty Almeida (de Madres de Plaza de Mayo) y terminaron con sus hijos desaparecidos”.
“Aprendamos a mirar”. La presidenta advirtió que “esas cosas han pasado”, y cargó contra los medios de comunicación opositores que “confunden a la gente, pero los que no se confunden son quienes manipulan y mienten”.
Por eso instó a los argentinos a que “aprendamos a mirar, no a que nos muestren. Miremos y entendamos nosotros para que nunca más nadie nos engañe y nos lleven por caminos que disfrutan unos pocos”. En ese sentido, Cristina reveló que el presidente del holding italiano Beltrame, dueño de Laminados Industriales, “me dijo que el grupo calificaba mejor para los bancos por tener inversiones aquí, en vez de Europa. Qué lástima no poder leerlo en los medios argentinos”, se quejó.
Cristina dijo que esos sectores que pretenden manipular la información “lo que no quieren realmente son las convenciones colectivas de trabajo, ni la asignación universal por hijo para poder explotar mejor incluso a los niños con el trabajo infantil”.
Aseveró que esas personas “tienen algo peor que mala fe, y es que muchas veces no entienden los procesos históricos y piensan que todo es fruto de su trabajo personal. Pero la verdad es que su progreso además del esfuerzo personal es fruto de un proyecto de país que garantice la distribución del ingreso y la movilidad social”.
Por eso, exhortó al “compromiso colectivo” de toda la ciudadanía, ya que “no es posible que un sector se beneficie mientras el resto se hunde”. “Seguimos convocando a la responsabilidad social, al amor por la patria y al compromiso colectivo porque los argentinos debemos avanzar todos juntos”, dijo la mandataria.
“No es posible que sólo un sector se beneficie mientras el resto se hunde. Eso es pan para hoy y hambre para mañana. Lo vimos en la década del ’90 y nosotros nos vinimos a hacer cargo de eso”, enfatizó.
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