El reconocido artista Pepe Cibrián se encuentra actualmente de gira con “La dama de las rosas”, obra teatral ambientada en el París de los años 20 en la que él compone a Josephine, una mujer que decide construir su alter ego, Agatha, para salir de su encierro y convertirse en la dueña de un cabaret.
“La dama de las rosas es una historia que habla de la posibilidad de elegir tu propia identidad, es una obra que habla sobre la elección. Yo tenía ganas de hacer La dama de las camelias, y de golpe me puse a escribir y apareció La dama de las rosas. Es una historia muy conmovedora y muy divertida. No es nada dramática. Es una historia de amor que sucede en los años ‘20 en un París recién salido de la guerra con esos años locos, con un despliegue bellísimo de vestuario y de actuaciones y la música de Santiago Rosso”, contó Pepe sobre esta obra que se presentará el domingo 31 de agosto a las 21hs. en el Teatro Municipal.
Agregó, luego que “yo tengo 14 cambios de vestuario y trajes de 14 kilos y a pesar del accidente muy serio que tuve hace 3 semanas, estoy bien como para poder estar casi 2 horas en el escenario. Yo interpreto 2 personajes: Agatha y Josephine. Es una bellísima historia que habla de la identidad; en un momento donde el mundo, sobre todo el mundo occidental, pelea porque el ser humano pueda elegir su identidad, pero sin culpa y sin miedo al castigo porque elegirla la elegimos siempre”.
Pepe también detalló: “Es una obra que tiene un bellísimo texto, no hay momentos chocantes porque no se habla del sexo, se habla del amor, se habla del deseo. Josephine, duquesa de Chantal, es una mujer que ha estado prisionera en el palacio de su madre, una mujer que enloquece cuando su marido –un gran aristócrata- la deja porque quiere un hijo en lugar de una hija, entonces ella decide encerrarse en ese lugar. No le permite a Josephine conocer a nadie, hasta los 35 años. Es un mandato terrible para esa mujer.
Cuando muere su madre, Josephine, que es elegantísima y riquísima, sale al mundo de una manera muy restringida. Entonces junto a su amiga del alma deciden inventar un personaje que es Agatha, que es lo opuesto, y es la dueña de un cabaret de transformistas. Josephine crea un personaje que le da libertad, Agatha no es promiscua para nada, es divertida. A partir de ahí suceden cosas hasta llegar a un desarrollo final muy imprevisible que también habla sobre el cambio de la identidad. Es muy bello. Tiene un final totalmente inesperado”.
Por otro lado, contó que “elegí París porque en esa época había un compromiso con la vida, sus habitantes tenían que salir de esos bombardeos. Y dentro de la historia europea París siempre fue una alegría más grande. Mientras España tenía a Felipe II, Francia tenía a Francisco I, e Inglaterra tenía a Isabel. España e Inglaterra eran países mucho más reservados y reprimidos y en cambio Francia era la alegría de la vida. Y siempre lo fue. Por eso elegí Paris, no se me ocurriría esta historia en los años ‘20 en España, una época muy triste”.
Por último, elogió al Teatro de San Nicolás, dijo que “es bellísimo” y destacó: “El amor de la gente me conmueve, es algo que no puedo creer; aparte del afecto que siempre les tuvieron a mis padres”.