“No calentarum largum vivirum”
Por Walter Castonjáuregui
10/03/2020
En la era de la tecnología, los teléfonos celulares son de uso permanente y se han transformado en una herramienta fundamental no solo para comunicarnos, sino también para estar informados, para poder trabajar o simplemente para distraernos y pasar el rato. Pero aún en el siglo XXI resulta casi fundamental, al menos en algunos sectores de la sociedad y para algunas cuestiones de la vida cotidiana mantener la famosa línea fija de teléfono. Si bien cada vez que el fijo suena es para escuchar molestas publicidades o interminables encuestas políticas propias de época electoral, también es cierto que resulta importante, para por ejemplo y solo por citar uno de ellos, el famoso monitoreo de la alarma domiciliaria.
Y en este punto me quiero detener. Algunas zonas de San Nicolás y precisamente zonas que en la actualidad se encuentran muy complicadas en materia de seguridad, hoy por hoy cuentan con cientos de vecinos incomunicados desde sus líneas de telefonía fija ya que los amigos de lo ajeno han sustraído infinidad de metros de cables correspondientes a este servicio. Esta situación al menos en gran parte de la zona sur de la ciudad data de al menos tres meses.
Comunicarse con Telecom para poder hacer el correspondiente reclamo es casi imposible. Primero, no es factible realizar el reclamo en una oficina en donde poder transmitir el problema frente a una persona de carne y hueso. Segundo, el reclamo se debe hacer vía telefónica con lo cual si el fijo no funciona debemos hacerlo desde un celular o en su defecto conseguir algún vecino que tenga línea fija y nos dispense un rato su teléfono. Tercero, una vez que logramos comunicarnos con un operador debemos tener la paciencia necesaria para hacerle entender que no necesitamos un técnico a domicilio sino que por favor coloquen los cables que han sido robados, situación a la cual el operador no accederá y de igual manera nos dará turno con día y hora para el técnico, que en realidad nunca vendrá, porque saben perfectamente que se trata de un robo de cables y no de un problema del servicio. Seguramente muy amablemente el operador nos dirá, “tome nota de su número de reclamo” el cual les adelanto no servirá para nada.
Cumplidas todas estas etapas propias de una odisea, no se les ocurra volver a llamar porque se encontraran con que la línea a la cual hacen mención ya posee un número de reclamo.
Si todo lo antes dicho no nos movilizo, lo que sí seguramente nos pondrá un tanto irascibles es ver cómo, mes a mes y religiosamente las facturas de Telecom siguen llegando para cobrar un cargo fijo por un servicio que hace meses no recibimos. Y si todo esto fuera poco además debemos seguir pagando el cargo por monitoreo de la alarma domiciliaria que también sigue llegando.
