Chauderón: “Me creí mi propia mentira y defraudé a todos”

Luego de haber cumplido dos años en prisión preventiva, y de haber obtenido este año el beneficio de la prisión domiciliaria para poder rendir las últimas materias que adeudaba, Guillermo Chauderón dialogó con la periodista Verónica Lassalle en RadioNet, y contó su versión de la historia en detalles.

GENTILEZA DE EL INFORMANTE

La nota comenzó de esta manera: “Gracias por cederme el espacio para poder contarles mi historia y la verdad a toda la comunidad de San Nicolás a la que siento que he defraudado”.

“YO QUERÍA DARLE MÁS A MI FAMILIA, POR ESO ACEPTÉ EL TRABAJO DE MÉDICO”

Chauderón, conocido mediáticamente como el “falso médico” dijo que en el 2011 tuvo su acto de graduación donde se hizo entrega de los diplomas, pero aún le restaban materias para recibirse. Su familia estaba al tanto de la situación, el engaño llegaría tiempo después.

En los 5 años de cursado, nunca rindió mal una materia.

“En el 2012 me presento a rendir la primera materia para sacar los finales. Voy a rendir gineco obstetricia en julio del 2012. Me trabé, no pude hablar, me consideraba una persona muy exigente en todo lo que hacía y a nivel personal, me nublé. Me levanté de la mesa, salí llorando y sentí que había defraudado a mi familia y me había defraudado a mí”, expresó.

“La frustración fue uno de los problemas que llevaron a que yo empiece a mentir y demostrar otra clase de persona para con mi familia y para quien es hoy mi esposa”, señaló.

Hasta el momento, Chauderón contaba con dos títulos intermedios: Uno obtenido en el año 2010 como Promotor de la Salud y otro en el 2011 como Técnico Superior en Epidemiología.

“El único título que modifiqué fue el de Promotor de la Salud para poder trabajar y ejercer de médico. Los números de las matrículas que usé fueron inventados por mí”, explicó y aclaró que recién cuando lo denunciaron supo a quiénes pertenecían esas matrículas.

Luego de terminar la cursada, Chauderón empezó a trabajar como mozo y docente. Sus padres se habían separado. Una ex compañera de la facultad fue quien le ofreció el primer trabajo como médico y él aceptó.

“Fue una compañera de la facultad, que trabajaba en el sistema de emergencias del 107, y necesitaba cubrir una guardia. Me contacta pensando que estaba recibido. Hacía bastante que no nos veíamos. Yo estaba viviendo con mis hermanas, y mi mamá. Yo esto lo hice para poder ayudar a mi familia. En ese momento no estaba con la persona que hoy es mi esposa. Después de la separación estaban pasando por una situación económica fea y con el sueldo docente no podía ayudarlas como quería”, allí en el año 2014 fue cuando comenzó la mentira.

“Mi familia me había dado todo. Todo lo tuvimos con sacrificio. Siempre me dieron lo mejor. Sentía que mis hermanas a diferencia que yo recibían menos. Fui a escuela privada, pude ir a la facultad, pudieron mis papás pagarme los estudios. Cuando se separaron estuve a punto de abandonar y ahí empecé a trabajar de mozo, en bares y salones de fiestas”, explicó Chauderón sobre la carga que comenzó a sentir sobre sus hombros.

Y agregó: “Yo quería darle más a mi familia y a mis hermanas y por eso decidi hacer lo que hice. Aceptar el trabajo de médico, le mentí a esa persona, y a partir de ahí empezó todo. Me pidieron documentación para ingresar a la municipalidad, usé la documentación que tenía de la facultad, la adulteré, la modifiqué, inventé número de matrícula y empecé a trabajar”.

“ME CREÍ MI PROPIA MENTIRA”

“Empiezo a ejercer ilegalmente la medicina, a mitad del 2014”, aseguró Chauderón. Primero en el 107 del barrio Del Carmen y en el 2015 solicitó el traslado a La Emilia, donde vive junto a su familia.

“Me fui creyendo mi propia mentira. Fui creyendo que era médico de verdad –Chauderón se quiebra y llora en medio de la nota-. Me fue llevando a crecer como pseudo profesional del arte de curar. Porque no era médico, no soy médico, soy estudiante de medicina, eso lo dejo claro”, y sostiene “me fui creyendo mi propia mentira. Era imposible detenerme porque la mentira había crecido tanto. Nadie sabía que no era médico. Nadie sabía nada”.

Antes de empezar a trabajar como médico, conoció a la mujer que hoy es su esposa.

“Me casé en el 2014, tuvimos poco tiempo de noviazgo y ella me conoció siendo estudiante de medicina. Le mentí a ella. Un día le dije que me iba a Rosario a rendir, que era la última materia. Me pidió acompañarme y le dije que no me gustaba todo ese circo que hacen cuando se reciben. Cuando vine le dije que había aprobado. Y aproveché para arrancar con todo esto. En el 2014 me casé estando en el 107”, contó a través de una comunicación telefónica por RadioNet 95.7.

LA MENTIRA SALE A LA LUZ

Guillermo Chauderón comenzó a trabajar en la Clínica UOM en el 2015 haciendo guardias. Su vínculo con el sanatorio inició cuando su tía que sufría cáncer solicitó ser atendida exclusivamente por su sobrino “médico”. A partir de entonces él realizó las historias clínicas de la paciente y un médico que vio su trabajo decidió recomendarlo para ingresar a trabajar allí.

Su carrera ascendió rápidamente y fue designado como Jefe de Guardia.

La mentira fue descubierta cuando Chauderón propuso un sistema de concurrencias médicas para capacitar a profesionales de la salud y cubrir las vacantes en el sanatorio.

“Presento un proyecto, porque éramos 3 personas para cubrir toda la demanda de atención clínica en el sanatorio y sentía que me estaba saturando, era casi full time. Jefe de guardia, estaba en el piso, cubría las guardias, hacía de todo”, detalló.

“Fue el 23 de noviembre del 2017 cuando el Dr. Primucci, director del sanatorio me llama a una reunión diciéndome que había recibido un llamado telefónico de las autoridades del Colegio Médico de la provincia de Buenos Aires, que le habían comentado que uno de los profesionales que estaba en el listado del proyecto médico, no aparece inscripto en ninguno de los colegios de Buenos Aires ni a nivel nacional del sistema del Ministerio de Salud”, detalló.

“En ese momento no sabía qué hacer, se me vino el mundo abajo y le dije que iba a ir a mi casa a buscar los papales que podía haber un error. Venía manejando a mi domicilio y veía que mi mentira había llegado a su fin, que había defraudado a mi esposa, a mucha gente, sentía mucha vergüenza, y a partir de ahí, cuando llegué a mi casa, escribí una carta de despedida pidiéndole perdón a mi familia y a mi esposa por la mentira tan grande que había hecho. Dejándoles en claro que no era médico, que me faltaban materias para rendir, que no podía seguir con esto porque había defraudado a mucha gente. Agarré un cuchillo de la cocina y me apuñalé en el abdomen y despierto pocos días después en terapia intensiva. Llegué casi muerto por lo que me dijeron”.

Cuando Chauderón despertó entró en una crisis nerviosa y debieron atarlo para que no se volviera a lastimar. A los pocos días comenzaron a llegar denuncias de familiares de pacientes que fueron atendidos por él y finalmente la orden de detención. Se le colocaron las esposas aún estando internado y luego fue trasladado a la cárcel Melchor Romero en La Plata, donde tienen un área de psiquiatría. Allí también intentó quitarse la vida con una sobredosis de más de 50 pastillas para la hipertensión por no soportar las denuncias en su contra.

“Si bien ejercí ilegalmente la medicina, puedo estar tranquilo, dormir tranquilo de que no existió ninguna mala praxis ni murió ninguna persona por mi responsabilidad”, sostuvo Chauderón durante la nota.

Tras dos años de prisión preventiva, y de tratamiento con una psicóloga, el abogado de Chauderón logró que le dieran prisión domiciliaria para poder rendir las materias y finalizar sus estudios. Hasta el mes de febrero gozará de dicho beneficio y sólo podrá salir para realizar trámites académicos en la ciudad de Rosario.

“SÓLO PIENSO EN DEVOLVERLE TIEMPO A MI ESPOSA, NO PIENSO EN EL FUTURO PROFESIONAL”

Consultado sobre su futuro profesional, señaló: “No pienso en eso, porque es muy difícil. Hice dos años de terapia donde tuve que descubrirme como persona, trabajé todo el tema de la frustración, trabajé cuestiones relacionadas a mi vínculo familiar, donde quería ponerme en un lugar donde no me correspondía, y para con mi esposa que la había dejado de lado mucho y es ella la que está al lado mío a pesar que le mentí, es la que está acompañándome, la que paga el abogado, somos clase media baja y con su sueldo de docente afronta todo esto”

“Me debo a ella, no pienso en el futuro profesional, pienso en terminar la carrera. Lo que pienso es devolverle tiempo a ella. Devolverle la alegría porque ella no lo pasó viene estos dos años. A pesar de que le mentí siguió al lado mío. Fue a verme. Perdí mucha gente en el camino pero a ella no la perdí. Siento que Dios me puso un ángel y es ella. Decidió acompañarme igual y hacer frente a todas las cosas que se dijeron de mí”.

Por último, dijo: “No quiero justificarme con lo que hice. Cometí un delito y lo pagué con dos años de prisión efectiva y ahora quiero pedir una oportunidad para poder reintegrarme a la sociedad y devolverle cosas buenas. Pedirle perdón a la sociedad. A aquellos que fueron mis pacientes, que se atendieron conmigo y me denunciaron por homicidio, porque me pongo en el lugar de ellos y hubiese hecho lo mismo. Pido disculpas si se sintieron ofendidos con mi accionar. Quiero pedir disculpas a 3 personas importantes que me dieron trabajo. Yo no tengo ningún amigo político, la única que paga el abogado es mi esposa. Si bien en algún momento trabajé con esas personas no quiere decir que me están bancando”. Le pido dusculpas al Dr Ismael Passaglia, a Baldo Brunelli y a Óscar Artola por defraudarlos en la confianza.

Finalmente, Chauderón indicó que le gustaría continuar con la especialización en Neurología o Terapia Intensiva.

Fuente: El Informante

 

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