Más allá de los servicios de salud, otras dificultades fueron las vinculadas con la provisión de agua potable, cuya distribución hacia la red es impulsada por bombas eléctricas. No obstante, más allá de algunas deficiencias y mermas de presión en sectores puntuales de la ciudad, el suministro del fluido estuvo restituido a la normalidad en el transcurso de la tarde.
Naturalmente, tampoco hubo alumbrado público durante las horas del apagón; pero esto no generó problemas de magnitud debido a que el sorpresivo corte se produjo simultáneamente con la plena salida del sol. La situación que sí resulto más delicada, fue la salida de servicio en avenidas y accesos de todos los semáforos, por lo que los conductores debieron obrar con extrema precaución en algunos cruces complejos de la ciudad.