El congelamiento de precios durante 60 días dispuesto por el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, comenzó a generar efectos colaterales sobre los principales sectores económicos y productivos del interior del país.
Y el primer sector en entrar en crisis es el yerbatero que, tal como lo adelantó LPO, está en plenas negociaciones para lograr un aumento en el precio de la materia prima a los productores concentrados principalmente en Misiones y, en menor medida, en Corrientes.
Según un relevamiento que realizó en los últimos días este medio, muchos productores están dispuestos a paralizar las ventas si las empresas no les otorgan el incremento reclamado que llevaría a $ 2,60 el precio del kilo de la hoja verde y a $ 8,30 el kilo de la yerba canchada.
“No nos vamos a mover de ahí porque ese valor se desprende de la actualización de la estructura de costos de los productores: es un 24% de aumento”, dijo Jorge Hadad, director del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) en representación del sector productivo.
En líneas generales, el aumento reclamado por la producción es lógico teniendo en cuenta los actuales niveles de inflación que rondan, aproximadamente, dicha cifra. El tema es que el año pasado los productores lograron un incremento del 100% luego de un largo conflicto.
Así las cosas, en las dos reuniones que se realizaron hasta el momento entre las partes involucradas en la sede del INYM, no hubo acuerdo dado que las empresas aducen que no podrán aumentar a los supermercados por el congelamiento de precios.
Un importante empresario del sector, que prefirió no revelar su nombre, reconoció las dificultades que deberán atravesar para llegar a un acuerdo: “Mientras esté vigente el congelamiento, nosotros no vamos a poder otorgar un aumento a los productores”, se sinceró.
“Existe la intención de Moreno de prolongar el congelamiento hasta las elecciones, por lo que el panorama se torna aún más crítico y no me extrañaría que los productores dejen de vendernos a modo de protesta y nosotros no podamos abastecer a los supermercados”, dijo.
Además, el conflicto está lejos de ser sólo un problema entre los productores y las empresas del sector sino que se trasladó, tal como ocurrió el año pasado, al ámbito de la política. De hecho, el propio gobernador de Misiones, Maurice Closs, reconoció días atrás que “negociar un aumento con Comercio Interior congelando precios no es el mejor escenario posible”.
Conocida es la mala relación que existe entre Moreno y Closs, a quien el funcionario kirchnerista llegó a tildar de “gordo puto” en alguna reunión que mantuvo el año pasado en medio de las negociaciones para aumentar el precio de la yerba.
El problema es que mientras Moreno pretende que los precios no aumenten en las góndolas de los supermercados, Closs debe dar respuestas y tratar con los productores de su provincia quienes reclaman un lógico incremento en el valor de la materia prima.
En este contexto, si en las negociaciones no llegara a haber consenso entre las empresas y los productores para aumentar el precio en el INYM, será el Ministerio de Agricultura que conduce Norberto Yauhar, el que deberá laudar para llegar al valor definitivo.
Pero aquí la cuestión no es tan sencilla. En caso de que Yauhar (o mejor dicho Moreno) tenga que expedirse para fijar el precio final, lo más probable es que, no sólo los productores y los empresarios se opongan, sino también el gobernador misionero.
Según los que entienden del tema, esta historia tendrá varios capítulos más y terminará, indefectiblemente, con limitaciones y faltantes en la venta de yerba (que vale alrededor de $ 25 por kilo), o bien con un aumento que lleve el producto a no menos de $ 30 por kilo.
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