Los gendarmes que custodian puntos fijos y sectores críticos del conurbano comenzaron a hacer las valijas y los intendentes están preocupados por el control de la seguridad en sus distritos.
El Operativo Centinela, que llegó a asignar casi 6.000 agentes de Gendarmería en los municipios que rodean a la Capital Federal, está a punto de expirar. Según admiten fuentes del gobierno provincial, es un hecho que más de la mitad de esos agentes federales están retornando a sus puestos en la frontera y ahora los jefes comunales temen que la ausencia de esas patrullas provoque el recrudecimiento del delito en un año que no empezó bien: aún no pasaron dos meses y ya hubo 30 crímenes sólo en asaltos en el GBA.
Los intendentes se lo plantearon a Daniel Scioli en la reunión que mantuvo con ellos esta semana. Y las autoridades provinciales iniciaron gestiones con el secretario de Seguridad, Sergio Berni, para pedirle que deje a los gendarmes un tiempo más, algo que anoche aún no parecía posible.
El repliegue de las fuerzas federales responde a los plazos del programa original que establecía la presencia de gendarmes hasta fines de diciembre de 2013. Ese plazo se extendió por enero y febrero, cuando la Policía Bonaerense envió a la Costa Atlántica casi 5.000 oficiales egresados de las academias bonaerenses, para el Operativo Sol. Hicieron en los meses de verano su primera práctica “de calle” y ahora irán al área metropolitana con destino definitivo. El Ministerio de Seguridad que conduce Alejandro Granados espera sustituir a los gendarmes con los oficiales que lleguen de la playa. Y con las futuras promociones: el ingreso a las academias es permanente y la previsión es capacitar 10.000 policías más en los cursos de 2014.
Pero los intendentes, puertas adentro, no quieren saber nada: argumentan que la “presencia” de Gendarmería es más tranquilizadora para los vecinos que la de agentes jovencitos, recién egresados. Y que ellos son los que tienen que dar la cara ante los vecinos.
En la Secretaría de Seguridad niegan que los gendarmes asignados ya hayan abandonados sus destinos, pero admiten una “reasignación estratégica” inminente. “Desde la Secretaría hay una visión panorámica y general de las situaciones de inseguridad y de la lucha contra el crimen organizado en todo el país, y es lógico que, cumplidos los plazos establecidos, se reasigne personal a destinos fuera del GBA”, dijeron a Clarín fuentes de Seguridad. También negaron que los gendarmes se vayan por un problema económico: cobran $400 de viáticos diarios, lo que lleva el gasto a 2 millones por día, solventados por el Gobierno nacional. “Los que se vayan lo harán por una decisión estratégica de seguridad, no por un problema presupuestario ”, dijeron las fuentes.
La extensión y ampliación del Operativo Centinela fue un reflejo del Gobierno después de la derrota electoral en las PASO de agosto de 2013. Había, entonces, una coincidencia casi unánime: la inseguridad había influido en el ánimo de los votantes, resultó clave en el voto castigo al oficialismo y ayudó al triunfo del Frente Renovador de Sergio Massa, que en la campaña presentó como exitosa su experiencia de seguridad en Tigre.
El desembarco de gendarmes en el Conurbano empezó hace 10 años en el barrio Ejército de los Andes, conocido como “Fuerte Apache”, en el partido de Tres de Febrero. Se extendió a la villa La Cava, de San Isidro y a otros grandes asentamientos. Pero después se fue ampliando a decenas de barrios del GBA y también de la Capital. Así, pasaron de 1.200 efectivos a casi 3.500 hacia mediados del año pasado. Y a 6.000 luego del tropiezo electoral, acompañados por aporte logístico de patrulleros, camionetas y camiones que recorrían zonas periféricas, rutas y accesos a localidades pobladas de los tres cordones urbanos que se dibujan en torno a la avenida General Paz.
Los responsables de la fuerza montaron bases permanentes en La Matanza, Quilmes y Ezeiza. También participaron en destacamentos móviles en Esteban Echeverría y Campo de Mayo (San Miguel).
Ahora están en retirada. De a poco, los vecinos advierten cada vez menos presencia en las calles, aún más allá de lo que les digan “para afuera” los intendentes: en La Matanza, fuentes de la Municipalidad dijeron que no tienen ninguna información ni aviso sobre una eventual partida de los gendarmes y que no está prevista. Pero las instituciones vecinales aseguran que ven cada vez menos gendarmes. Y dicen que la fuerza ya abandonó su puesto fijo en Blanco Encalada, uno de los puntos críticos que vigilaba.
Fuente: Clarin
Leave a Reply