El juego, una caja con vida propia

Oficialismo y oposición coinciden en algo: es necesario ejercer un mayor control sobre el juego, convertida a esta altura en una industria poderosa con una caja cuyos dividendos son difíciles de calcular. Cualquier intento por regular la actividad genera una feroz reacción de los empresarios, mientras los gobiernos buscan aumentar las arcas estatales para hacerle frente a los cimbronazos de la crisis económica mundial, que amenaza con golpear en algunas ramas de la producción nacional.

 

Pero el lobby es fuerte. No por nada las salas de bingo son, hoy, los únicos lugares cerrados en los que se puede fumar. Parece que la ley por el “100 por ciento libre de humo” que rige en todo el territorio nacional no puede penetrar las anquilosadas estructuras de los recintos lúdicos, donde millones de bonaerenses sueñan con salir de pobres con un golpe de suerte.

 

La pregunta es si el juego, que representa un negocio “extraordinario”, debe corresponder al Estado o a las empresas privadas. En ese marco, el vicegobernadorGabriel Mariotto convocó desde el Senado a un foro para discutir la situación, luego de una reunión con el presidente de la Asociación de Empleados de Casinos,Jorge Baino, quien anticipó que se analizarán proyectos que plantean la estatización de la explotación de casinos, salas de bingo y máquinas tragamonedas.

 

El foro comenzará el 12 de septiembre en el casino de Mar del Plata, un lugar emblemático. Solamente en los 11 casinos de la Provincia, el negocio de las máquinas tragamonedas recauda dos mil millones de pesos al año, de los cuales el sector privado apenas tributa un porcentaje al Estado, dado que la instalación de los artefactos se realiza en las casas de juego con la figura de “prestador de servicios”, informaron desde el gobierno bonaerense.

 

“Esa figura –señalaron- les permite pagar mucho menos de lo que realmente deberían, a partir de sus ganancias”. En ese sentido, explicaron que “a diferencia de los casinos, estas salas, por estar privatizadas, no tributan un porcentaje acorde a sus ganancias, sino el canon que se establece durante el proceso de otorgamiento de licencias para explotar el negocio”. 

 

En los próximos cinco años, los bingos de la Provincia recaudarán en total 45 millones de pesos. La crisis financiera exige que el Estado apele a la renta extraordinaria de las diferentes actividades. El debate está abierto.

 

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