Tres presos de la cárcel de San Nicolás tomaron como rehenes a un médico, una enfermera y un agente del Servicio Penitenciario Bonaerense. El que comanda el motín es un conocido delincuente de 26 años con una vasta trayectoria delictiva.
Se llama Jorge Gabriel Mendoza Romero. Le dicen “Gaby”. Nació en San Pedro, en el seno de una familia de bajos recursos y con integrantes que también supieron protagonizar páginas importantes de las crónicas policiales de esa ciudad.
El año pasado fue condenado a 18 años de prisión, junto a otros tres delincuentes acusados junto a él de una serie de delitos graves cometidos en 2013: intento de homicidio tras un violento robo a una familia, hecho ocurrido en julio de 2013, en la que el dueño de casa recibió un disparo de arma de fuego; por “abuso de armas” y amenazas contra otra familia; amenazas contra un joven.
También por un robo ocurrido en un comercio; y por el ataque a balazos contra otro conocido delincuente, un episodio que tuvo lugar como represalia por el homicidio de Gastón “Chizito” Cabrera, también famoso por sus actividades delictivas.
Gaby Mendoza fue detenido en mayo de 2014 en el barrio Las Flores de Rosario. El operativo estuvo encabezado por el entonces Jefe Distrital de San Pedro, Dante Paolini, quien camuflado bajo ropas de albañil, participó durante semanas de tareas de inteligencia que permitieron atraparlo.
En ese entonces tenía 22 años y hacía 10 que había cometido su primer hecho de relevancia: el asesinato de Aldo Daniel Pereyra, de 16, en un boliche llamado Tierra Media. Desde entonces, tuvo una vida signada por la violencia y los actos delictivos.
Gaby Mendoza pasó por varios centros de detención para jóvenes en problemas con la ley, de donde siempre se escapaba. En febrero de 2014, buscado por múltiples delitos, se escapó de la policía gracias a que un cómplice se interpuso a la policía con un machete para permitirle la huída.
Entre febrero y mayo, vivió escondido en una casa ubicada en las calles Estrella Federal y España de la villa Las Flores, uno de los asentamientos precarios más poblados y peligrosos de Rosario, ubicado en las afueras de esa ciudad santafesina, muy cerca del casino.
Mendoza había dicho que antes de ser detenido iba a “comerse a un vigi”. Cuando la policía irrumpió en su casa, tembló un instante y se entregó sin oponer resistencia. Se sabía cercado y prefirió rendirse. Trasladado a una unidad penal, allí esperó el juicio que lo condenó.
La cronología delictiva de Jorge Gabriel Mendoza, tal su nombre completo, comienza, como se dijo, en 2004, cuando asesinó a Aldo Daniel Pereyra, con apenas 12 años.
A los 14, junto a Jorge “Tilito” Negrete, otro peligroso delincuente que también rinde cuentas a la Justicia, protagonizó uno de los hechos más violentos de la historia de su ciudad: el asalto a la familia Incisa, hecho que movilizó a la ciudad de San Pedro con alrededor de 10.000 personas en una marcha que encabezó Juan Carlos Blumberg,
En los años siguientes fue aprehendido, traslsadado a centros de detención para menores de los que se fugó y a los que regresó tras ser capturado nuevamente. En 2009, ya con 17 años, lo condenaron por portación arma de guerra. Cumplió la condena y en 2012 recuperó la libertad.
Tras esos años de cárcel, su regreso a la calle no fue otra cosa que un regreso a la delincuencia. En julio de 2013 cometió el violento asalto a una familia de apellido Gorosito; el 6 de agosto participó de la entradera a la familia Lavanchy, en la localidad rural de Santa Lucía; el 9 de ese mes, amenazó de muerte a una joven de 27 años.
El 12 de agosto de 2014, en medio de un verdadero raid delictivo, participó de un enfrentamiento armado. Cuando el que tenía enfrente simuló estar muerto, huyó. Al otro día, tras el incendio intencional de una vivienda, se escapó de la policía gracias a su amigo, el del machete.
El 14 de agosto fue denunciado por disparar contra una vivienda en Manuel Iglesias 800. El 15 volvió a enfrentarse con la policía y escapó hacia el barrio 2 de Abril, donde fue protegido por vecinos que agredieron a los efectivos que lo perseguían.
El 16 de febrero le disparó contra Pedro Lineros, quien había apuñalado a su amigo Gastón “Chizito” Cabrera, que luego moriría. Tras ello, huyó a Rosario, donde el ahora comisario general retirado Dante Paolini lo detuvo, en mayo de 2014.
Fuente: La Noticia 1