“Mi familia es nicoleña (de San Nicolás de los Arroyos, en Buenos Aires). Soy el único que emigró a Córdoba y tomé el acento, el cuarteto y el fernet no –hizo la salvedad- porque no tomo”, dijo De la Sota a Clarin, en una entrevista realizada junto al Gobernador.
Después de varias conversaciones en privado, a buen resguardo de la celosa vigilancia de la Casa Rosada, Daniel Scioli y José Manuel De la Sota acordaron convenios de reciprocidad turística e insinúan para 2014 un principio de ampliación política y representativa re los gobernadores peronistas.
El Salón de Acuerdos resultó el ámbito de tanto floreo discursivo. Ambos se reconocieron amigos, “más allá de las diferencias ocasionales”. Scioli es un surfista del kirchnerismo. De la Sota un adversario, en la sintonía del gobierno nacional. Por eso, el encuentro representa un gesto de autonomía del gobernador bonaerense. Y la voluntad de De la Sota de trascender el espíritu mediterráneo de su provincia y el confinamiento político que le reservó Cristina Fernández en el cuartelazo policial de hace unos días.
El cordobés ponderó la necesidad del convenio turístico, donde intervinieron los bancos provinciales. “Los argentinos nos merecemos un descanso para acometer el futuro con con dedicación y esfuerzo”, fue la recomendación.
Pero, entrenado como un estilista de alta competencia, sugirió hacerlo “sin resentidos ni fanáticos”. ¿Fue un mensaje para quienes lo abandonaron en medio de los saqueos por cuentas políticas atrasadas?.
De la Sota prefirió el salteo: “Les recuerdo que Córdoba arranca la temporada con Doma y Floklore, y después no paramos en todo el año. Córdoba es fiestera”, resumió.
A Scioli le quedaban sólo los agradecimientos, la “venta” de los 1.200 kilómetros de costa atlántica, el Delta, las sierras y una pampa generosa en paisajes.
“El turismo tiene, como la política, la facultad de integrar”, insistió Scioli.
Antes, el gobernador bonaerense le había entregado al colega visitante una rastra gaucha con monedas.
Scioli viaja a Entre Ríos y Mendoza para otros convenios. Se desconoce si “los amigos”, tal como se definen, se encontrarán a mitad de camino.
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