Los kirchneristas José Ottavis y Walter Abarca se reunieron con el presidente de la Cámara, Jorge Sarghini, para plantearle algunos requerimientos a incluir dentro del proyecto. El pedido se basó en la reducción del endeudamiento, que finalmente quedó en 50 mil millones. Todo parecía encaminado, pero al final se pudrió.
José Ottavis y Walter Abarca se presentaron a negociar con Jorge Sarghini, presidente de la Cámara de Diputados, la baja del endeudamiento que había propuesto el gobierno de María Eugenia Vidal para el Presupuesto 2016.
Luego de la segunda y caliente reunión del bloque del Frente para la Victoria (la bancada quedó prácticamente quebrada: 24 de un lado y 12 del otro), ambos legisladores hicieron sus planteos para intentar modificar algunos aspectos del proyecto que busca la autorización de la Legislatura y así endeudarse por más de 100.000 millones de pesos.
La respuesta del referente massista fue contundente. Palabras más, palabras menos, les dijo que él no tiene nada que ver y que trasladaría la inquietud al ministro de Economía, Hernán Lacunza. De todos modos, les dio su opinión. “La propuesta es inviable”, les habría dicho.
Minutos después que Ottavis y Abarca volvieran con las manos vacías, saltó a escena el ex titular de la Cámara, Horacio González, quien tras un breve diálogo con Sarghini, también con la intención de llegar a un acuerdo, aportó al destrabe, que en ese momento parecía definitivo.
Después de una larguísima jornada parecía que se aprobaba el presupuesto 2016. El FpV logró reducir el endeudamiento a 50 mil millones de pesos, la mitad de lo que proponía Vidal. A esto había que sumarle 10 mil millones de pesos para obras en los municipios, algo que los intendentes venían reclamando desde hace algunos días.
Claro está, el endeudamiento era el obstáculo para el vidalismo. El monto -decían desde el parlamento bonaerense- “es la principal traba para que se apruebe el presupuesto”, debido a que el bloque del Frente para la Victoria se oponía a dar el visto bueno.
Tal como informó este medio días atrás, el Frente para la Victoria estaba dispuesto a autorizar un endeudamiento, pero a diferencia de lo que pretendía el oficialismo, no querían que supere los 50.000 millones de pesos. Por ahí iba la cosa.
Un diputado K, en diálogo con La Tecla.info, había asegurado que esperarían hasta las 12 de la noche y dejarían caer la sesión. Esto, antes de la reunión que González mantuvo con Sarghini. Después las cosas parecían encaminadas. Pero no. Ya el endeudamiento no era tan importante.
Como es sabido, la resolución del complicado bloque del FPV (hubo fuertes peleas toda la tarde) era clave, ya que la Constitución Provincial establece que el endeudamiento debe ser aprobado por los dos tercios de los legisladores. De eso se agarraron los muchachos peronistas y se hicieron fuertes.
Tan fuertes se hicieron que, como se dijo, lograron bajar el endeudamiento a la mitad y consiguieron 10 mil millones para los municipios. Pero surgió una pregunta. ¿Cómo se iba a repartir esa plata? ¿Qué municipios iban a ser los beneficiados? ¿Era en partes iguales?
En Cambiemos nadie supo dar una respuesta concreta. Increíblemente, el tan reclamado “anexo” del presupuesto, no estaba. Y por eso la bancada del FpV se plantó y tomó la decisión de darle el sí a las emergencias en Seguridad, del Servicio penitenciario y Salud Penitenciaria e Infraestructura, pero no al presupuesto.
Lo cierto es que si bien el bloque del oficialismo había acordado su tratamiento con la bancada del Frente Renovador y la del Frente Amplio Progresista, las tres bancadas juntas no lograban tener esa mayoría calificada, por lo que la sanción del presupuesto (y también del endeudamiento) requería sí o sí del apoyo de al menos una parte del FPV.
Las negociaciones giraban en torno a destinar un porcentaje del endeudamiento para obras en los municipios, a que se reduzca el margen de discrecionalidad de reasignación de partidas que tiene el Poder Ejecutivo y, fundamentalmente, a la baja en el monto del endeudamiento. Pero todo quedó en la nada.
Como se mencionó, además del Presupuesto y la Ley Impositiva, el paquete que se iba a tratar anoche incluía también la declaración de las emergencias. Pero no era lo importante. Los muchachos de Cambiemos bajaron al recinto para aprobar la Ley de Leyes requerida por Vidal, cuando se enteraron de la negativa K, decidieron levantarse e irse.
Minutos después se hicieron las doce y el papelón quedó consumado. Según Marcelo Díaz, presidente de la bancada del FAP, los K tuvieron una actitud “destituyente” ordenada por la ex presidenta Cristina Fernández.
Y los K expresan que “no puede ser que el presupuesto no esté redactado en su totalidad, que no aparezcan en ningún lado las obras que recibirán los municipios, que solo se hable de plata”. Sí, lo cierto es que no se sabía mucho más que el monto, los ya mencionados 10 mil millones de pesos.
Desde el parlamento provincial, aseguraban en horas tempranas que en caso de arribar a un acuerdo con el FPV, los legisladores sancionarían también la ley que pone límites a la reelección de los legisladores y los intendentes, uno de los puntos que acordó el Frente Renovador con la gobernadora María Eugenia Vidal. Nada de eso sucedió, obvio.
Bochorno, papelón o como más le guste. Los legisladores oficialistas y los del Frente Renovador abandonaban el recinto y desde las tribunas, la gente de La Cámpora, entre otras agrupaciones, entonaba eufórica la marcha peronista. Increíble, pero real.
La historia señala que desde 1983 no se daba que un gobernador entrante deba encarar la gestión sin su presupuesto, o sea, prorrogando el que ejecutó la administración saliente, en este caso la de Daniel Scioli, que vaya paradoja, según el macrismo, dejó una Provincia prácticamente en ruinas y con incalculables deudas.
Vale recordar que de acuerdo al proyecto, el total de erogaciones será de 354.244.282.441 pesos, de los cuales 183.000 millones estarán destinados a la administración central y 97.000 millones a la Dirección General de Cultura y Educación provincial. Por supuesto, todo esto deberá esperar. El 31 se prorrogará el presupuesto en curso y después se verá como sigue la novela.
También hay que decir que en caso que en algún momento se apruebe, el área de Seguridad tendrá un presupuesto de casi 36.000 millones de pesos; Salud más de 22.000 millones; casi 8.400 millones estarán destinados al Ministerio de Desarrollo Social y otros 9.000 millones al de Justicia.
Casi 11.000 millones de pesos fue el presupuesto asignado para el Ministerio de Infraestructura y Servicios Públicos; 2.800 millones para la Agencia de Recaudación de la Provincia de Buenos Aires; 727 millones para Producción, Ciencia y Tecnología; 371 millones para Asuntos Agrarios y unos 624 millones para el ministerio de Coordinación y Gestión Pública.
Además, junto al proyecto de Presupuesto, Vidal envió también la Ley Impositiva que prevé algunos cambios en el Impuesto Inmobiliario Urbano con aumentos que podrían llegar al 26 por ciento.
Según la iniciativa, el Impuesto a los Ingresos Brutos proyecta una recaudación de 109.557 millones, un 24% más que en 2015.
El Impuesto Inmobiliario Urbano proyecta una recaudación de 5.693 millones, mientras que el Inmobiliario Rural se presupuesta en 2.881 millones, redondeando aumentos relativos al cierre de este ejercicio del 26%.
El Impuesto a los Sellos refleja un aumento de los ingresos del 25%, alcanzando un total de 11.283 millones, mientras que el Automotor proyecta una recaudación de 10.877 millones, un 31% más que en 2015.
El Plan de Regularización (Ley 11.253) se proyecta con una recaudación prácticamente constante en relación a 2015, alcanzando 5.229 millones, mientras que el Impuesto a la Transmisión Gratuita de Bienes tiene unos ingresos estimados en 591 millones, un 47% más que en el ejercicio actual.
Fuente: La Tecla Info
Leave a Reply