Efectivos policiales, asesorados por agentes especializados en control en ruta del Centro Regional Pampeano del Senasa, verificaron que la falta de temperatura reglamentaria afectó las características organolépticas de las más de 70 piezas de pescado de río, lo cual produjo mal olor y color; además de constatar la carencia de su documentación sanitaria habilitante para tal fin.
En una de las inspecciones de rutina realizadas el pasado 4 de mayo por el Escuadrón de Seguridad Vial de San Nicolás de Gendarmería Nacional, en colaboración con el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), se detectó que 140 kilogramos de pescado de río (surubí, bagre y dorado) eran transportados en el baúl de un automóvil, sin cumplir las medidas higiénico-sanitarias para tal fin, sin la refrigeración correspondiente, además de no estar habilitado para transportar dicha mercadería.
De esta manera, efectivos policiales –asesorados por agentes especializados en control en ruta del Centro Regional Pampeano del Senasa– verificaron que la falta de temperatura reglamentaria afectó las características organolépticas de las más de 70 piezas de pescado de río –lo cual produjo mal olor y color–; además de constatar la carencia de su documentación sanitaria habilitante para tal fin.
Por estos motivos se interdictó la carga para su posterior decomiso y desnaturalización, según lo indicado por el decreto 4238/68 del Poder Ejecutivo Nacional y por el Código Alimentario Argentino (CAA).
Con este tipo de controles sanitarios en cada uno de los actores que integran la cadena agroalimentaria, el Senasa resguarda la salud pública y evita que alimentos en mal estado lleguen a la mesa de los consumidores.
Fuente: El Informante