En horas de la mañana el fiscal Julio Tanús le tomó declaración indagatoria a un hombre de apellido Sosa, desocupado de 24 años, detenido por el incendio a la Iglesia Catedral.
El acusado se acogió a su derecho de guardar silencio y continua privado de la libertad. Asimismo el menor de 16 años, que por sus propios medios se había acercado a la comisaria la semana pasada, alegando haber sido uno de los autores del siniestro que ocasionó daños irreparables a la catedral, quedó imputado en la causa y por propia voluntad se encuentra internado en el instituto de la localidad de San Miguel. con intervención de Prodenya y a cargo del Dr. José María Guadagnoli del fuero Penal Juvenil. De esta manera ya esta prácticamente esclarecido el incendio que conmocionó a la ciudad y el país. Todo indica que se trató de un mero acto de vandalismo de dos sujetos con situación de calle y victimas de adicciones.
La detención de Sosa, efectivizada por agentes de la DDI, se realizó cerca de la esquina de San Martin y Mitre ya que no había un domicilio fijo donde se lo pudiera encontrar. Agentes de la Policía local ya los tenían visualmente identificados de la calle.
Aparentemente Sosa tendría una probation por un delito cometido en la localidad de San Pedro.
Según lo que se pudo establecer, tanto Sosa como el menor, deambulaban continuamente por la zona de la plaza, mas precisamente en la parte donde se ubica la pérgola. Quienes los conocían comentan que los muchachos prácticamente vivían en la calle y se los veía “perdidos” victimas de adicciones. Un allegado contó que los jóvenes aspiraban gas butano de los encendedores. Todo indicaría que el motivo que los habría llevado a cometer semejante daño al templo religioso habría sido meramente vandálico. De hecho varios testimonios los señalan junto a un tercero, en el momento en que los bomberos estaban apagando las llamas, sentados en un banco de la plaza riéndose de lo sucedido.
Fuente: Diario El Norte
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